30 extrabajadores de la industria cerámica Fanaloza, en Penco, recibieron capacitación municipal y del Fanaloza en obras portuarias.
Recordemos que el cierre de la plata dejó sin pega a más de 140 obreros, como también dejando atrás parte del pasado industrial de la comuna. Por ende, tras el despido en agosto de 2023, se trabajó en planes de reconversión efectivos como este.
Los antiguos loceros realizaron un curso, colaborativo entre el municipio y la organización de capacitación, especializado en faenas portuarias. Otras áreas de los cursos, además del portuario que realizaron los loceros, incluyen climatización y conducción profesional.
El alcalde de Penco, Rodrigo Vera, destacó el esfuerzo en reinventarse de los antiguos loceros. “Este curso es un paso importante hacia la reconstrucción de sus proyectos de vida. Sabemos lo que significó el cierre de Fanaloza”, aseguró.
El obrero Segundo Sánchez, ahora alumno del curso, comentó que “Este es un curso caro, pero a nosotros nos salió gratis. Con él se nos da la oportunidad de desarrollarnos, trabajar y buscar otra oportunidad de vida”.
La relevancia de la cerámica de Penco en el viejo Concepción
El libro “Cerámica en Penco; Industria y Sociedad“, del investigador y director de la Biblioteca Municipal de Concepción, Boris Márquez, retrata perfectamente la relevancia que tuvo alguna vez la alfarería industrializada en el siglo XX penquista. Todo funcionó como un círculo virtuoso.
Como se desarrolló tanto la industria, ya sea en el Biobío o en otras zonas, esto obligó un incremento de las industrias asociadas al consumo. Precisamente al norte de Concepción, en Penco y Tomé, nacieron incipientes cerámicas y textiles, indica el historiador Armando Cartes en el prólogo de la obra.
En el siglo pasado, la industria local era sinónimo de la vía chilena al desarrollo y de una cultura integral. No era sólo producir cerámica, como Fanaloza, si no que producir calidad de vida y sociedad. Ninguna otra fábrica de este material “alcanzó la cobertura nacional, proyección internacional o vigencia de la loza de Penco”, relató Cartes.
Huachipato, empresa de similar objetivo de lo que alguna vez fue la cerámica pencona, cerró en septiembre de este año. Sus operaciones se llevaron consigo décadas de desarrollo industrial del Biobío. De forma más pomposa pero profundamente menos efectiva, se han anunciado planes regionales de fortalecimiento a las empresas locales. ¿Funcionarán, como este caso en Penco? ¿O serán un nuevo humo, como la reconversión en Coronel y Lota?