Sin lugar a dudas, el cierre de Huachipato es de las noticias más complejas para la región del Biobío en su historia. Pero, ¿Cómo se llegó a lo que hoy es?
Las salvaguardas no son suficientes para preservar con vida a la histórica empresa regional. El apagado de los hornos es inevitable y cada vez más cercano. Miles de personas quedarán, directa o indirectamente, sin empleo. La crisis económica en la región, casi con seguridad, no tiene precedentes.
Sin embargo, hubo una época en que una crisis en Huachipato era impensada. En general, hubo una época de auge de la industria nacional como no ha vuelto y, muy seguramente, tampoco vuelva a haber.
¿Qué vino antes de Huachipato?
Los antecedentes de la siderúrgica se pueden datar de, al menos, los primeros años del siglo XX. La necesidad del material para acelerar procesos productivos y de infraestructura hicieron que se instalaran los Altos Hornos de Corral, cercano a Valdivia, en 1910. Aunque los inicios fueron rudimentarios e irregulares, cimentó las bases para la industria del acero.
Alto Horno de Corral, industria previa a Huachipato en 1910 || Colección Universidad de ValdiviaAños después, las crisis del 29′ y la Segunda Guerra Mundial opacaron gravemente la economía en todo el planeta. La irrupción de gobiernos desarrollistas en los momentos críticos sólo pensaron en una cosa: industrializar Chile. Desde 1938 en adelante, se planificó la construcción de una empresa madre en el Biobío. Huachipato ya estaba en marcha.
El sitio elegido fue un área rural del oriente de la bahía de San Vicente. Entre seis sitios expropiados, se le denominó Huachipato por el nombre del fundo más conocido del lugar.
Diversas industrias locales, además de la planta de Corral, abastecieron la construcción de las instalaciones. Un muelle propio, edificios de manufactura y fundiciones fueron parte del plan. Hasta viviendas para los trabajadores, impensado hoy en día.
Industria nacional, consolidadora de la economía
Inauguración de Huachipato en 1950 || Archivo CAPEl 25 de noviembre de 1950, tras tres años de construcción, se inauguró oficialmente Huachipato. Coincidencia o no, el mismo día en que Concepción cumplía 400 años. El presidente de la época, Gabriel González Videla, declaró en el momento que “con la inauguración de esta gran industria nacional del acero queda atrás un siglo de coloniaje y dependencia económica“.
La alta demanda de trabajadores para la faena provocó un explosivo aumento de población en la zona. A tal punto fue, que la empresa debió crear villas enteras para los obreros, como la actual Villa Presidente Ríos o el sector cercano a Las Higueras.
La sociedad local, la economía e industria se unían en una sola entidad que dio cobijo a miles de personas por décadas. Hasta este año.
Lo que va a pasar con la inmensa cantidad de trabajadores de la empresa nadie lo sabe a ciencia cierta. Sólo queda esperar que la región aguante el golpe que el cierre de Huachipato significará.