A comienzos del 1900 la Compañía de Cervecerías Unidas o CCU era una de las industrias más importantes en el gran Concepción. Con su planta, ubicada en avenida Pedro de Valdivia 461, se volvió no sólo relevante desde el punto de vista económico con miles de puestos de trabajos, sino sobre todo relevante socialmente.
Por eso es que para quienes gustan de la historia penquista, primero la desaparición de la empresa a fines de los ’90 y ahora la destrucción total de la estructura que quedaba, han sido dos hechos lamentables.
Desapareció para siempre el edificio de la ex CCU en avenida Pedro de Valdivia de #Concepción. Con esto se extinguen las huellas físicas de un patrimonio que fue muy importante para el Biobío. pic.twitter.com/mimtp4oYm9
— Sala de Prensa (@SaladePrensaCL) August 19, 2024
Historia de la CCU en Concepción
Esta fábrica nace en 1874 y fue la primera empresa cervecera de Concepción. “En 1907 se fusiona con la Cervecería de Otto Schleyer de Talca, formando la Soc. Cervecerías de Concepción y Talca. En 1924 es adquirida por la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU)” se afirma en el proyecto Fondecyt, Patrimonio Industrial del Biobío.
Finalmente, tras el cierre de la planta, la CCU primero vendió el terreno de Pedro de Valdivia al grupo Walmart Chile y este a su vez a la empresa Arauco, lamentablemente sin tutela patrimonial. “Perdiéndose una inmejorable oportunidad para aprovechar en beneficio de la ciudad, el establecimiento industrial más antiguo del que aún quedaban restos en la ciudad”, sentencia el proyecto Fondecyt.
Como el lugar quedó abandonado a su suerte y no tuvo un cierre perimetral adecuado se prestó para carretes juveniles y para ciertas incivilidades. Tras la ocurrencia de varios hechos lamentables, incluyendo la muerte de una adolescente hace algunos años, se tomaron mayores medidas de seguridad y un cierre perimetral más robusto que impidiera el paso de los curiosos.
Demolición total de las estructuras de la ex CCU
Los últimos días vecinos informaron a Sala de Prensa la presencia de máquinas pesadas en el lugar y el trabajo de demolición de las estructuras que aún permanecían en pie.
Los trabajos desarrollado por estas máquinas pesadas por algunos días dieron resultados, ya que nada, por lo menos que pueda verse a simple vista, quedó en pie.
El fin de un modo de hacer empresa
Es bien sabido que las empresas a mediados del siglo XX tenían una política adelantada a sus tiempos con los trabajadores. Así como la icónica siderúrgica Huachipato alguna vez entregó casas a sus colaboradores, la CCU hizo lo propio. De hecho hoy frente al sitio eriazo de lo que alguna vez fue la planta de Concepción aún es posible observar estos bloques de edificios que eran las viviendas características de estos trabajadores.
En el lugar hablamos con Rosa Gutiérrez, ella es hija y hermana de trabajadores de la CCU. Desde su perspectiva no debieron demoler todo, “tenía que haber quedado algo, era un recuerdo para todos quienes vivimos aquí tantos años y por supuesto para los trabajadores”.
La señora Rosa afirma que habían acordado dejar algo en el lugar, “se había dicho que iba a quedar algún recuerdo. Ahora hace poco miré y demolieron todo, tenía que haber quedado algo. Son 50, 60 años las personas viviendo acá” se lamenta Rosa Gutiérrez.
Expertos en Patrimonio: Es una pérdida muy importante
Los restos de la CCU evidentemente no tenían protección legal, pero eso no significa que no tenga importancia patrimonial. El arquitecto especialista en estos temas Carlos Inostroza -en contacto desde el Perú- se refiere en breves, pero contundentes palabras sobre la pérdida para las futuras generaciones, “es bien importante, este edificio era un elemento único”, sentenció.
Algo similar opinó Sergio Baereswil quien es un reconocido arquitecto quien desde el 1994 al 2005 fue asesor urbanístico de Concepción.
“Considero que es lamentable y es una pérdida por dos razones: en lo general Concepción es una ciudad con mucha historia, pero poco patrimonio arquitectónico, por lo tanto todos los vestigios que hablan de historia tanto del patrimonio industrial como residencial es de máxima relevancia cuidarlos para la construcción de una identidad.
Añade que “lo segundo que encuentro lamentable es que habiendo existido un proyecto bien interesante realizado hace un par de años por la empresa propietaria de los terrenos, ese proyecto se haya abandonado”.
Baereswil detalla que el proyecto representaba una arquitectura que integraba los vestigios de la antigua fábrica cervecera con una intervención de arquitectura moderna. “Se lograba hacer convivir el patrimonio con arquitectura presente. Ese proyecto por lo que yo entiendo también se estaría perdiendo lo que es una lástima”, sentenció.
El tercer punto que destaca es que “la ciudad no haya tenido esas estructuras patrimoniales bajo una categoría de conservación producto de lo cual también es imposible protegerla. Puede que haya una responsabilidad de los propietarios, pero también -sobre todo cuando hay valores públicos patrimoniales- de alguna manera es el Estado es el que debe actuar. Es una lástima que el municipio no haya oportunamente declarado esas estructuras como de conservación histórica que es el concepto que establece la ley”, culminó el arquitecto
Con la destrucción de estos restos arquitectónicos desaparece para siempre cualquier huella física de esta industria que fue tan importante para el gran Concepción.
Por esta nota consultamos con la empresa Arauco, propietaria de los terrenos, pero hasta el cierre de esta edición no había respuesta.