Nos habían dicho que visitar Cinema Pastene era entrar a una especie de máquina del tiempo.
Del 2024 podríamos viajar a 1910 cuando el cine se inauguró. Y no se equivocaron, entrar a este espacio que mantiene todo original es volver al pasado, un pasado cuando el cine aún era mudo. De hecho quienes visiten este lugar podrán notar que las butacas (originales de 1910) no llegan a los pies de la pantalla, hay un espacio vacío de algunos metros, resulta que en ese lugar se instalaba el piano que daba vida a las películas de cine mudo. Todo está igual como en 1910, congelado en el tiempo.
La historia de Capitán Pastene y su cine
Capitán Pastene nace en 1904 cuando invitados por el Gobierno de Chile llega un puñado de migrantes italianos. Arrivan por mar a Talcahuano, desde el puerto viajan por tren hasta Los Sauces y desde ese punto solo pudieron llegar al lugar que les habían prometido a través de yuntas de bueyes.
Les habían dicho que era la tierra prometida, para muchos fue mas bien el “Monte el Calvario” nos cuentan algunos residentes que ya son tercera generación en Chile.
El pueblo se nota por todos lados que es una colonia italiana, hay pastas de todo tipo, hay prosciutto, limoncello. En las calles y sus construcciones se respira la historia de este grupo de migrantes.
En este contexto aparece el Cinema Pastene en 1910, en primera instancia fue levantado por la familia Rosatti, en los años 40 fue vendido a René Viani y desde ahí pasó por herencia a una nueva generación de Viani que lo mantiene hasta hoy.
Conversamos con Julia Almazabal. Ella es pareja de René Viani y está encargada de dar las charlas a quienes visitan el cine; “Lo mantenemos porque hay un legado de amor del Nono. El Nono nos traspasó mucho amor por este espacio. Nosotros crecimos aquí, jugamos aquí, nos enamoramos aquí. Es parte de nuestra vida” señaló.
El cine no siempre esta abierto, lo abren para ocasiones especiales. Fue el caso de esta visita de Sala de Prensa. Lo recorrimos y pudimos comprobar que desde la boletería, todo es original, su estructura, el piso, las butacas de madera, los afiches de películas muchos de los cuales tienen mas de 100 años, otros fueron hechos a mano.
Realmente conocer este lugar es un viaje al pasado, quienes tengan la posibilidad de visitarlo háganlo, no se arrepentirán.
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