El 1 de noviembre de 1914, la Batalla de Coronel entre buques ingleses y alemanes inscribió en la historia de la Primera Guerra Mundial al puerto del Biobío.
Un pequeño monolito y una placa de bronce recuerda en la Plaza 21 de Mayo la contienda y sus 1.660 caídos, todos ingleses. Pero, a ojos del incesante flujo céntrico coronelino, este episodio y sus implicancias pasan desapercibidas.
Sala de Prensa rescató el evento histórico que ocurrió hace 110 años frente a la Cuenca del Carbón.
La batalla y sus consecuencias
La Primera Guerra Mundial hace honor a su nombre, siendo el primer conflicto bélico de escala global. Batallas y disputas ocurrieron en todo el planeta, y Chile no se ausentó. En específico, la apacible bahía de Coronel albergó la primera batalla naval de toda la contienda.
Del lado alemán, cinco navíos. Los SMS Scharnhorst, Gneisenau, Leipzig, Nürnberg y Dresden. En el bando inglés, cuatro buques. El crucero auxiliar Otranto, el crucero ligero Glasgow y los HMS Monmouth y Good Hope. Los comandantes eran, respectivamente, Maximilian von Spee y Christopher Cradock.
50 millas al poniente, ambas escuadras se cruzaron. La artillería germana se impuso rápidamente. Los erráticos movimientos ingleses no pudieron evadir el poderoso ataque. Al anochecer, el Good Hope recibió una salva que terminó por colaborar a su destrucción total. El Monmouth, herido de gravedad, fue rematado por el Nürnberg y hundido para siempre en costas coronelinas.
El Glasgow y el Otranto huyeron en busca de protección. Las naves alemanas enfilaron a Valparaíso, donde el júbilo de sus connacionales se tomó la ciudad puerto.
Los pocos supervivientes fallecieron ahogados entre las gigantescas olas de la bahía, no pudiendo ser rescatados. Las fuentes discrepan sobre la cantidad de muertos, todos ingleses, pero se elevan entre 1418 y 1660.
Todo vestigio de batalla desapareció bajo las aguas. Sin embargo, en el Museo Multicultural Raíces, espacio de preservación histórica en Yobilo, accedieron a una pieza única. Un proyectil que fue disparado por un barco de la flota imperial de Cradock.
Plaza 21 de Mayo, el hogar del monolito
En 1879, el Imperio Británico donó a la ciudad un campanil en homenaje a la Guerra del Pacífico. El importantísimo empresario local de origen inglés, Federico Schwager, regaló el reloj de la torre.
En 1989, distintos actores relacionados donaron una placa conmemorativa y la instalaron en el lado sur de la plaza. Esto, por la relación intrínseca del espacio con Inglaterra, que, como dijimos, colaboró en su confección original.
El tiempo y el acelerado ritmo de la ciudad hace que olvidemos ciertos hitos. Y este caso, lamentablemente, no fue excepción. Sala de Prensa tuvo la oportunidad de verificar en terreno el trabajo dedicado por la Capitanía de Puerto de Coronel a la preservación del monumento.
No sólo por el valor histórico y relación estrecha del mundo marino con la batalla. Es que el monolito no estaría solo este 1 de noviembre, como si fuese un día cualquiera de Todos los Santos.
A 110 años de la profunda derrota inglesa, el buque de patrulla de hielo HMS Protector llegó hasta Coronel para homenajear a sus caídos. El navío suele rondar los mares antárticos, y se desvió para reparaciones en Talcahuano y, cómo no, visitar sus difuntos.
Una visita especial en Coronel
Los oficiales del barco, como también las autoridades marítimas locales y la Banda de la Escuela de Grumetes estuvieron en el remozado monolito. Además de la hermosa ceremonia musical de la banda, los visitantes entregaron una corona de amapolas rojas, símbolo para los británicos fallecidos desde la Primera Guerra Mundial. Fotos, sonrisas pero sobre todo, refrescar la memoria sobre un hecho histórico.
“Es sumamente importante recordar esta batalla, que tuvo lugar en el otro lado del mundo. Es un honor estar aquí, cerca de 20 millas desde las aguas donde raramente frecuenta la Marina Real”, declaró el Capitán de Corbeta inglés, Phil Boak.
En la leyenda de la imagen dice:
En memoria de los 1660 marinos británicos que perdieron la vida durante la Batalla de Coronel el 1 de noviembre de 1914.
Desde Sala de Prensa agradecemos el trabajo de todos quienes colaboraron para este reportaje. La Capitanía de Puerto; don Renato Araneda, vecino de Coronel inmerso en su historia; Luis Melgarejo, encargado de la Biblioteca Municipal; y a Jorge Isla, director del Museo Raíces en Yobilo, encargado de preservar la historia local.
Muchas veces, simplificando, se habla de Lota como el único lugar con más profundidad histórica en la zona. Nada más alejado de la realidad. El recuerdo de la Batalla Naval de Coronel es sólo uno de los hitos que lo demuestran.