En la gran isla de Chiloé y en medio de la nada, se podía escuchar a los pájaros haciendo crujir con sus garras el techo, las ventanas se azotaban y el sonido de alguien llamando a la puerta sucumbió en toda la casa. Era Juan, amigo de la familia. Vino a pasar el rato por todo lo que duraba el día. Por la tarde, a eso de las 18:00, Juan se comenzó a comportar extraño. Sus pupilas se agrandaron, su cara palideció y lo único que se escuchaba decir de su boca era las palabras: ¡Mátenme, Mátenme! Solo había una respuesta, a Juan lo han embrujado.
Terror, un sentimiento que los aldeanos de la gran isla de Chiloé experimentaron por muchos años en la antigüedad por seres mitológicos: los brujos. Pero ¿acaso existieron alguna vez o siguen existiendo? Y sí es así, ¿la gente sigue sumida en el miedo?
Cada persona tiene una visión diferente de lo que son los brujos. Para algunas personas son mujeres en una escoba. Según otros, son individuos que se juntan a hacer remedios naturales. Para otros, para la gente chilota, ser brujo es un poco diferente.
Según conversaciones con chilotes, en su mitología, el brujo es quien puede transformarse en pájaro o perro y perturba las vidas de los habitantes de las islas. Sin embargo, esta definición ha ido cambiando, y sin duda, hay una circunstancia que lo marcó todo.
La Recta Provincia: los brujos de Chiloé
La Recta Provincia es una organización poderosa de brujos que se manejaba como una sociedad alterna con sus propios lideres. También conocida como “La Mayoría”, era una institución originada en los indígenas y que llego a ser temible por mucha gente.
A días de hoy, al buscar la Recta Provincia, no aparece marcada como una secta o una sociedad secreta. Mas bien, son conocidos como el grupo brujo de la gran isla. Y no como una organización criminal. En 1880, serían tantas las quejas y denuncias de brujería, asesinato y otros, que el intendente, Luis Martiniano Rodríguez, se decidió a desmantelar esta organización, llevando a un gran numero de sujetos a juicio.
Entre las costumbres que tendrían estos seres, estaría una serie de pasos para convertirse en brujo. Entre estos últimos, se encontraba la exhumación de un cuerpo de brujo para poder sacar una parte del cuerpo que les permitía volar. Eso explicaba la habilidad de surcar los aires de estas personas. Además, de ser cetreros, es decir, dominaban el arte de controlar a los pájaros.
“En Chiloé está la Casa Grande o Cueva de Quicaví. Aquí habita el Supremo de los Brujos, rodeado de cuanto aparejo de brujería se necesita y en especial de un aparato que revela el pasado, presente y futuro”, según explicaba en su libro Folklore chileno, Oreste Plath.
¿Existen aún los brujos de la Recta Provincia en la isla de Chiloé?
Jorge Nancuante, el guía turístico y propietario de la locación donde supuestamente se encontraba la cueva de Quicaví, lugar donde se reunían los brujos, compartió que “en Chiloé aún existen los brujos, esto nunca se terminó, en fondo ahora lo hacen más escondido, pero siguen existiendo. Se habla de que aún hay hartos integrantes de la Recta Provincia”.
De hecho, según el locatario hace no pocos años en la comunidad de Chiloé habría muerto otra reconocida integrante de la asociación de brujos. Nos dijo el nombre, pero por temas de confidencialidad no es posible compartirlo.
Inclusive, durante el mandato de la Recta Provincia, usaban códigos para hablar entre ellos y poder juntarse en ciertas áreas de la gran isla. Por lo que, cuando hablaban de por ejemplo Bolivia, se referían a Quehui o cuando comentaban sobre Concepción era por Conao.
Mitología y cuentos
Los brujos en la isla son aún bastante reconocidos y no faltan las historias que se cuentan entre los habitantes.
Una de las historias que llegó a Sala de Prensa, y de la cual mantenemos anonimato, es la de una mujer de aproximadamente 13 años que era acosada repetidamente por un hombre mayor. Un día, en un velorio el hombre borracho vuelve a molestar a la joven, pero esta se mantiene inmune. Al irse para volver a su hogar, el hombre la sigue, pero se les pierde de vista en el camino.
De la nada, aparece un perro enorme, negro, rabioso, que se le acercaba únicamente a ella. Como persona de campo en aquellos tiempos, la joven llevaba un arma filosa con ella y procedió a atacar al animal. Haciéndole un corte en la oreja, quitándole un pedazo de ella.
Al día siguiente, la muchacha volvió al pueblo y se enteró que había un conocido enfermo. Así que procedió a ir a visitarlo con preocupación. Cuando llegó descubrió que el sujeto era su acosador y nada más, ni nada menos, que tenía la oreja cortada.
En eso grita: ¡Te he atrapado!¡Un brujo!¡Un brujo!
A lo meses, tal hombre fallecería.
Tal como cuentas las leyendas, dicen que cuando un brujo es descubierto, este al tiempo después muere.
Explicaciones detrás del mito
Casi todo en la vida tiene algún tipo de explicación. Para el caso del mito de los brujos, el sociólogo y profesor emérito de la UdeC, Manuel Baeza, “el personaje del brujo puede ser legitimado socialmente en ciertas culturas de manera ancestral, es decir, mediante formas de imaginarios sociales que perduran, que se petrifican”.
Los imaginarios sociales es un conjunto importante de significaciones legitimadas a nivel social. Es por ello, que según nos comenta el profesor Baeza, los brujos se han mantenido en el tiempo. Por lo que, tal parece, se instalan en el inconsciente colectivo hasta días de hoy, manteniendo esta creencia de los brujos vigentes en la isla de Chiloé y en otras partes del mundo.
Por lo tanto, podemos decir que resumidamente los brujos sí existen aún. Pero, en el inconsciente y mente de las personas. ¿Existen realmente fuera de esto? Pues, es difícil de probar y no podemos asegurar nada hasta tener pruebas o una persona física que nos diga: Yo soy brujo.