El origen del histórico Regimiento N°6 “Chacabuco” con asiento en Concepción se remonta a 1824. Pero es en 1882 cuando la gesta heroica lo dejó grabado en la historia de nuestro país.
Esta unidad del Ejército de Chile pasó a la inmortalidad por los sucesos del 9 y 10 de julio de 1882 en el pueblo peruano de La Concepción. En esa fecha, 77 hombres del Batallón 6to de Línea se defendieron hasta la muerte ante miles de soldados peruanos e indígenas.
Nuestra ciudad alberga su historia y las huellas de ese 9 y 10 de julio. Sala de Prensa visitó el Regimiento Chacabuco, donde pudimos conocer más de lo que dejó la batalla de La Concepción, y su legado que perdura entre nosotros.
¿Qué pasó en La Concepción?
Tras la ocupación de Lima por parte de Chile en 1881, la resistencia peruana se trasladó a la sierra, región montañosa e inhóspita. La anarquía vivida dejó a Perú con dos presidentes paralelos, Andrés Avelino Cáceres y Miguel Iglesias. El primero quiso pelear a toda costa, mientras el segundo planteaba pactar con Chile para acabar la guerra.
En 1882, las tropas chilenas marcharon a la sierra para aplacar la dura resistencia. Sin embargo, la campaña fue golpeada por las condiciones del lugar. A mediados de ese año, se comenzó a desocupar la zona de Huancayo, a 300 kilómetros de Lima hacia el este.
El 9 de julio de 1882, los 77 chilenos que estaban apostados en el pueblo peruano de La Concepción debía abandonar el lugar con apoyo del coronel Estanislao del Canto. El caudillo Cáceres atacó a del Canto, lo que hizo que la ayuda nunca llegara al poblado. Los 77 estaban solos.
El Batallón Cívico 6to de Línea defendía la plaza del pueblo, desde su iglesia. A las 14:30 horas, hordas de campesinos e indígenas armados bajaban por los cerros que rodean La Concepción para atacar la guarnición dirigida por Ignacio Carrera Pinto.
Con el incesante fragor de la batalla, cayó muerto al igual que sus subalternos Arturo Pérez Canto, Julio Montt Salamanca y Luis Cruz Martínez, y los 73 soldados restantes. Estanislao del Canto llegó una o dos horas tras el fin de la refriega, tallando en la historia el nombre de los Héroes de La Concepción. En su honor, el 9 de julio es el Día de la Bandera, donde militares juran defender el pabellón patrio con el heroísmo de los 77.
¿Cómo la batalla en la sierra peruana se relaciona con nuestra ciudad?
Tras contextualizar, volvemos a donde empezamos: el Regimiento Chacabuco en el sector de Collao, Concepción. En el segundo piso de uno de sus edificios, un enorme diorama que representa la histórica batalla nos hace entender realmente a lo que se enfrentaban.
La maqueta fue donada por el Departamento de Historia y Antropología de la Universidad de Concepción en 1982.
En el pueblo peruano se aprecian los chilenos defendiéndose y los edificios del lugar. Las casas patronales que rodeaban la plaza, los desérticos cerros colindantes y, como en el centro de todo, la Iglesia de la Purísima.
¿Por qué se hace familiar este edificio?
Es porque está en el centro de Concepción.
Réplica de iglesia peruana en Concepción
Suena un poco enredado, y en verdad lo es. La Iglesia de la Purísima tiene una réplica exacta en Avenida Juan Bosco 2095 de la capital del Biobío. Fue construida en 1997 por obreros del Regimiento.
Hoy, la delimitan un supermercado y el SAR Víctor Manuel Fernández. En sus exteriores, un paradero y vendedores ambulantes de ropa son sus cuidadores. Casi como si fuesen los guerreros que ahora deben defenderla, aunque muchos no deben ni imaginar su capital histórico.
En vez de a la Purísima, eta vez se le consagra a la Virgen del Carmen, patrona de Chile. La única diferencia con la original es la cúpula posterior, que en Perú cayó tras un terremoto. La iglesia aún pertenece al Ejército, y se organizan actividades en ella. Su última apertura al público fue en mayo pasado, con el motivo del Día de los Patrimonios.
En su interior, muestra la página del Día de los Patrimonios, se consagra triunfal la Virgen del Carmen, Estrella de Chile. Además, en el lugar se encuentran distintos recuadros y guías para recordar e interiorizarse en los últimos momentos de los Héroes de la Concepción. Su sacrificio no fue en vano, porque los chilenos “no se rinden”.