En la hermosa costa de Tongoy, los productores marinos están liderando el camino hacia prácticas más sostenibles con la reciente implementación de un sistema de electrofloculación, con su planta piloto. Tecnología pionera que marca un hito en la búsqueda de soluciones innovadoras para el tratamiento del agua residuales en la producción de ostiones en el balneario de la región de Coquimbo.
La electrofloculación es una técnica que utiliza campos eléctricos para inducir la coagulación y sedimentación de partículas suspendidas en el agua. Este proceso, se encuentra en marcha blanca por la Cooperativa M31. La implementación, no solo permite la eliminación eficiente de impurezas y sólidos en el agua, sino que también posibilita la reutilización de este recurso vital en los procesos productivos.
Reutilización de aguas
Al respecto, el asesor técnico del proyecto, Franco Saez señaló, que “estamos en etapa de marcha blanca, probando esta tecnología porque nunca se había aplicado a la acuicultura, al cultivo del ostión. Esto es algo innovador”. Asimismo, Aris Geraldo, Químico y Asesor del proyecto expresó que el agua cumpliría los requisitos de calidad para otros usos. “fundamentalmente lo que hace el abatimiento de estos riles, es el aprovechamiento del agua. Se puede recircular nuevamente o destinar para otro usos, ya sea cumpliendo cualquier norma de emisión o norma chilena de uso de agua, la norma chilena 1333”, sostuvo.
Juan Torrejón, Vicepresidente Cooperativa M31, expresó que la planta responde a una problemática que influye en la calidad del producto y la salud de la población. “La acuicultura hoy en día tiene que ser compatible, muy amigable con el medio ambiente y en la línea productiva hay un tema que es muy relevante y que desde nuestro punto de vista como pescadores artesanales primero, como cultivadores de ostiones y por el compromiso por el medio ambiente, es el lavado de los materiales que nosotros ocupamos, y ha existido por años un cuello de botella con eso”, expresó el dirigente.
En este sentido, Heraldo García, Presidente Cooperativa M31, destacó este avance en los estándares ambientales para los tongoyinos. “Estamos inmerso en una comunidad, zona turística, tenemos que limpiar el agua, reutilizarla y la escasez de agua que hay en la región y el país. La bahía está certificada, entonces todos nuestros trabajos deberían estar certificados para mantener nuestras bahías limpias, que las personas que vienen a Tongoy consuman un producto directo del mar, que no ocurre en otras regiones en otras bahías”, destacó.
La adopción de la electrofloculación por parte de la Cooperativa M31 de Tongoy presenta beneficios significativos tanto para la industria acuícola como para el medio ambiente. Al facilitar la recuperación y reutilización del agua, al tiempo que se disminuye la huella ambiental asociada a la extracción y tratamiento convencional del agua para la producción ostionera.